Santiago Mele, portero del Junior, fue quien le transmitió a la hinchada y a sus compañeros que aún se podía ganar el partido contra Tolima, que minutos antes lo había empatado 2-2, resultado que sellaba la eliminación del conjunto tiburón.

Era el último minuto de la reposición y se acababa de sancionar un tiro de esquina a favor del cuadro barranquillero. Yairo Moreno acomodaba la pelota para cobrar, cuando, de repente, Mele salió de su arco rumbo al del rival en busca del remate.

Al darse cuenta, la hinchada del Junior empezó a aplaudirlo. Mele había tenido atajadas brillantes que evitaron, por lo menos, un par de goles del Tolima, pero ahora quería ayudar a su equipo metiéndola en el pórtico contrario.

Antes del cobro, Mele se ubicó en el borde del área custodiado por Kevin Pérez, de cuya marca se zafó apenas Yairo levantó la pelota que cayó sobre el punto penal, a donde llegó el portero del Junior para anticipar al portero rival, William Cuesta, e impactar de cabeza.

Mientras regresaba a su posición, Mele le siguió la trayectoria de la pelota, jamás le despegó la mirada. Parecía que iba para adentro, pero sobre la línea, Junior Hernández despejó con la cabeza y evitó el gol del uruguayo, pero ese mismo rechazo lo alcanzó Emmanuel Olivera, quien lo mandó otra vez al arco del Tolima y ahí no encontró a nadie que impidiera que terminara en gol. El esfuerzo de Gustavo Adrián Ramírez, autor del empate del Tolima, y último que intentó rechazar, fue en vano.

Locura total en el Metropolitano. Todos los que estaban en el banco de suplentes saltaron a abrazar a Olivera y los que estaban en el campo fueron a buscar a Mele, el indiscutible héroe de la noche, reconocido por la hinchada que empezó a corear su nombre.

No hubo tiempo para más. El partido se terminó y Junior, que el domingo había recibido un baldado de agua fría con el segundo gol del Once Caldas, sobre el final, esta vez sobrevivía y se iba victorioso gracias al empuje de Mele y el oportunismo de Olivera.

En la rueda de prensa después del partido, Santiago Mele contó detalles de ese momento en el que salió de su arco hacia el del Tolima.

“Cuando pitan el córner yo miré para el banco a ver si alguien me incentivaba, vi que el profe Isaac me hizo así (señal de que fuera), y dije ‘bueno, voy’. Había visto que al arquero siempre cuesta tomarlo cuando va a atacar porque no es un jugador que tienen referenciado, pero decir que pensé algo es mentira. Con Junior es hasta el final y esto no se termina hasta que se termina. Darle gracias y la honra a Dios que nos respaldó. Somos un equipo que tiene mucha fe, que confía más allá de las adversidades. Sabemos que Dios escucha nuestras oraciones, está con nosotros y vamos a pelear hasta el final, con mucha fe”, señaló el cancerbero uruguayo.

“Antes de empezar vimos que mucha gente vino a alentar, sabíamos que después del golpe del otro día (contra Once Caldas), había gente que seguía creyendo en nosotros y creo que fue algo que todos sentimos, de que a esta gente no le podíamos fallar, y si ellos creían nosotros no podíamos no creer”, agregó Mele.

El charrúa festejó el gol de Olivera tirándose en la grama, con varios de sus compañeros que se le fueron encima para felicitarlo. Después se fue eufórico, arengando y aplaudido a rabiar por los hinchas del Junior, convencido de que el domingo, ante América, en Cali, el equipo rojiblanco conseguirá el boleto hacia la final.

“La convicción, la fortaleza de una victoria agónica siempre deja un sabor mucho más dulce porque cuanto más se sufre más se goza. Quiero hacer una mención especial a todos mis compañeros, que hoy, como pide el profe, se jugaron el cuero. Me alegro mucho por el ‘Turro’ (Olivera), que pudo coronar un gran partido con un gol en la hora. Creo que este tipo de victorias te quita toda la fatiga, el cansancio y te invita a soñar. Nos vamos a jugar una final en Cali y queremos jugar otra final por un título”.